24.1.19

La humanidad no estaba preparada para esto


Recuerdo cuando a principios de esta década me dijo un amigo que si tenías un móvil moderno podías mandar SMS gratis. “Cuéntame más sobre eso a lo que llamas Guasap”. En realidad creo que no entendí nada, pero me pareció fascinante la idea.

Pasado un tiempo yo también tuve un móvil moderno y pude conocer de primera mano el famoso Whatsapp. Aquello que pensé que sería bueno, resultó ser como vivir en Messenger, con muchísimos más contactos y sin la posibilidad de ser un fantasma en “No conectado”. La puta pesadilla la llevabas todo el día en tu bolsillo. Ya no sólo es que te escribiera gente que ni fu ni fa, es que te escribía gente que ni fu ni fa para cosas que ni fu ni fa.

Por si eso era poco, existían los grupos. Supongo que si tienes amigos (y no tienes al Homy mandándote memes sin cesar) pues igual es hasta divertido o si quieres comentar Gran Hermano VIP Dúo con gente, yo que sé, cosas bien. Pero los grupos se crean con cualquier excusa, cualquier mínimo vínculo que puedas tener con más de una persona, ¡ya tienes el grupo! Y yo he terminado en cada grupo que si os contara habría aquí blog pa rato. Con los amigos hay confianza para decir “Mira, no aguanto los grupos, me salgo”, pero cuando es con gente con la que no hay confianza, a mí me da vergüenza decir “Hasta nunqui”. Además, como soy enfermera sustituta, en cada servicio hay un grupo en el que me meten y del que el último día de contrato salgo despavorida. 



Supuestamente es para cosas de cambios de turno, si alguien se ha dejado algo en los vestuarios, reuniones… yo que sé, cosas relativamente importantes, pero salvo en uno que la supervisora era una sargenta y como te salieras de lo estrictamente laboral, te mandaba un privado laxante, los demás sólo van de chistes superrancios, felicitaciones de cumpleaños y pésames. Y es superheavy ver cómo esa gente intercala lo primero con lo último con minutos de diferencia (os lo juro). Finalmente, el grupo no sirve para nada, porque tu “¿Alguien puede hacerme la noche del lunes 22?” se desvanece en dicha marea de memes y emojis llorando de la risa. Y es que esto alguien lo tenía que decir: A la gente de más de 50 años no se le debería autorizar a usar smartphones sin supervisión. Son los que hacen un uso más terrorífico de Facebook, Whatsapp y el Candy Crush. 



Todo esto con el sonido a todo lo que dé, aunque estén en un sitio en el que está completamente fuera de lugar que suenen notificaciones y, menos aún, vídeos. Que otra cosa, para ellos todo lo que se pueda notificar, bienvenido sea y si es con un sonido estridente, mejor. Sí, ellos son los mismos que al principio decían “La gente joven está todo el día con el móvil, se van a quedar tontos” y, en un plot twist, han resultado siendo los que han desarrollado una conducta más aterradora y adictiva con el mismo. Yo pensaba que, bueno, ellos estaban viviendo en el internet del año 2000 ahora y que también tenían derecho a mandar chistes malos, paisajes exóticos y advertencias alarmistas de peligros inexistentes, pero les está durando mucho ya la broma. ¿Vosotros recordáis si los millennials nos mandábamos una imagen que decía “Feliz miércoles”? Yo creo que a esos niveles de absurdez no llegábamos. Yo que sé, el típico “Van a cerrar Hotmail si no reenvías este email”, ¡pero “Feliz miércoles”, joder! Ya me parece grave felicitarse el año nuevo, como para estar felicitándonos los 7 días de la semana. Que encima en esta década existe Mr Wonderful y algo aún peor (sí, se puede), unos manchegos de Albacete hechos con la aplicación que hacía tu avatar si fueras una Supernena, lo cual ha terminado resultando en algo que se parece a la manchega del Abycine, pero en muy mal.  Si ya se me desprenden las retinas al tener que ver imágenes de Mr Wonderful, los manchegos encima copian sus frases, filosofía de vida y tipografía pero intercalando expresiones de aquí. Muy natural mezclar lo cursi con las toscas expresiones manchegas. 

No se dejan ningún evento sin comentar

Con la perspectiva que dan los años, ahora me doy cuenta de que nunca valoré el que los SMS costasen unos céntimos. Era una criba muy eficaz para evitar información innecesaria.

2 comentarios :

NeoJin dijo...

Pos si los SMS eran gratuitos con aquellas páginas web del infierno que te dejaban mandar SMS gratis. Eso lo hemos olvidado ya o qué!!!!
Y luego mensamanía.

La picaresca española, you fucking noob.

conejito zombi ◕‿◕ dijo...

Sí, pero también pagabas el esfuerzo del peaje de tener que hacer las historias en la web ésa. No la facilidad de ahora. Y Mensamanía, madre mía, que se nos quedaba corto porque creo que eran 100 sms al día. Escribiendo todo junto y sin vocales. Que para pulsar una R había que darle 3 veces al 7 rápido. Lo que había que hacer pa ligar... Seguro que esa escritura era un entrenamiento mental para algo muy valioso, en plan para prevenir el Alzheimer o desarrollar telequinesis. Le voy a vender la idea al Dr Kawashima.