La humanidad no estaba preparada para esto
Recuerdo cuando a principios de esta década me dijo un amigo
que si tenías un móvil moderno podías mandar SMS gratis. “Cuéntame más sobre
eso a lo que llamas Guasap”. En realidad creo que no entendí nada, pero me
pareció fascinante la idea.
Pasado un tiempo yo también tuve un móvil moderno y pude
conocer de primera mano el famoso Whatsapp. Aquello que pensé que sería bueno, resultó ser como vivir en Messenger, con muchísimos más contactos y sin la
posibilidad de ser un fantasma en “No conectado”. La puta pesadilla la llevabas
todo el día en tu bolsillo. Ya no sólo es que te escribiera gente que ni fu ni
fa, es que te escribía gente que ni fu ni fa para cosas que ni fu ni fa.
Por si eso era poco, existían los grupos. Supongo que si
tienes amigos (y no tienes al Homy mandándote memes sin cesar) pues igual es
hasta divertido o si quieres comentar Gran Hermano VIP Dúo con gente, yo que
sé, cosas bien. Pero los grupos se crean con cualquier excusa, cualquier mínimo
vínculo que puedas tener con más de una persona, ¡ya tienes el grupo! Y yo he
terminado en cada grupo que si os contara habría aquí blog pa rato. Con los
amigos hay confianza para decir “Mira, no aguanto los grupos, me salgo”, pero
cuando es con gente con la que no hay confianza, a mí me da vergüenza decir
“Hasta nunqui”. Además, como soy enfermera sustituta, en cada servicio hay un
grupo en el que me meten y del que el último día de contrato salgo despavorida.
Supuestamente es para cosas de cambios de turno, si alguien se ha dejado algo
en los vestuarios, reuniones… yo que sé, cosas relativamente importantes,
pero salvo en uno que la supervisora era una sargenta y como te salieras de lo
estrictamente laboral, te mandaba un privado laxante, los demás sólo van de chistes
superrancios, felicitaciones de cumpleaños y pésames. Y es superheavy ver cómo
esa gente intercala lo primero con lo último con minutos de diferencia
(os lo juro). Finalmente, el grupo no sirve para nada, porque tu “¿Alguien
puede hacerme la noche del lunes 22?” se desvanece en dicha marea de memes y
emojis llorando de la risa. Y es que esto alguien lo tenía que decir: A la
gente de más de 50 años no se le debería autorizar a usar smartphones sin
supervisión. Son los que hacen un uso más terrorífico de Facebook, Whatsapp y el Candy Crush.
Todo esto con el sonido a todo lo que dé, aunque estén en un sitio en el que está completamente fuera de lugar que suenen notificaciones y, menos aún, vídeos. Que otra cosa, para ellos todo lo que se pueda notificar, bienvenido sea y si es con un sonido estridente, mejor. Sí, ellos son los mismos que al principio decían “La gente
joven está todo el día con el móvil, se van a quedar tontos” y, en un plot twist, han
resultado siendo los que han desarrollado una conducta más aterradora y
adictiva con el mismo. Yo pensaba que, bueno, ellos estaban viviendo en el
internet del año 2000 ahora y que también tenían derecho a mandar chistes malos,
paisajes exóticos y advertencias alarmistas de peligros inexistentes, pero les está durando mucho ya la broma. ¿Vosotros recordáis si los millennials nos
mandábamos una imagen que decía “Feliz miércoles”? Yo creo que a
esos niveles de absurdez no llegábamos. Yo que sé, el típico “Van a cerrar
Hotmail si no reenvías este email”, ¡pero “Feliz miércoles”, joder! Ya me
parece grave felicitarse el año nuevo, como para estar felicitándonos los 7 días
de la semana. Que encima en esta década existe Mr Wonderful y algo
aún peor (sí, se puede), unos manchegos de Albacete hechos con la aplicación
que hacía tu avatar si fueras una Supernena, lo cual ha terminado resultando en
algo que se parece a la manchega del Abycine, pero en muy mal. Si ya se me desprenden las retinas al
tener que ver imágenes de Mr Wonderful, los manchegos encima
copian sus frases, filosofía de vida y tipografía pero intercalando expresiones de aquí.
Muy natural mezclar lo cursi con las toscas expresiones manchegas.
No se dejan ningún evento sin comentar |
Con la perspectiva que dan los años, ahora me doy cuenta de que nunca
valoré el que los SMS costasen unos céntimos. Era una criba muy eficaz para
evitar información innecesaria.
Comentarios
Y luego mensamanía.
La picaresca española, you fucking noob.