12.4.22

El minicítrico ovoideo

Yo vivía con un vago recuerdo de unas naranjas diminutas y ovaladas que Jacob Petrus me mostró en un reportaje de Aquí la Tierra. Entre sus mágicas peculiaridades estaba que se comía la piel. 

Pues bien, no fue un fascinante sueño. El otro día las vi y compré sin dudar un ápice. A veces encuentras las mejores aventuras en los sitios más insospechados como las fruterías. Su nombre está a la altura de semejante fruto:

k u m q u a t  


Un mordisco es un torrente de sabores contradictorios. La piel está muy dulce, pero el fruto en cuestión es ácido. Es asquerosamente interesante, pero no consigo decidirme sobre si merece la pena sufrir su interior para saborear su exterior.

También existe un spin off limonero que se llama limequat, pero dudo que semejante espécimen llegue a las fruterías albaceteñas. Bastante es que haya encontrado un kumquat y que, después de una vida viendo cómo Arguiñano fardaba de naranjas sanguinas, por fin ayer pude probar una.

2 comentarios :

NeoJin dijo...

Son tan pequeños que si te descuidas se te caen y te pasas el día cogiéndolos, que eso rula como un demonio.

conejito zombi ◕‿◕ dijo...

Oh, va ya.