9.1.20

Vacaciones de verano para mí

Hoy en Noticias de Actualidad: mis vacaciones del verano pasado. 

Aunque parezca que no tenga relación, esta historia tiene lugar porque yo pago religiosamente un dinero al sindicato de enfermería para que me dejen hacer cursos, atiendan mis dudas… en fin, cosas de sindicatos. Y resulta que mi sindicato dedica parte de su tiempo a chorradas que nada tienen que ver con la enfermería. Te regalan parasoles para el coche, hacen descuentos en carpinterías... Pues en una de esas cosas random, tienen unos descuentos en unos apartamentos en distintas partes de España, que hacen las delicias de muchos enfermeros cada año. Ahí encontré un descuento que no podía rechazar para el mes de septiembre. Oh, septiembre, ese maravilloso mes en el que por fin empiezas a ver cómo el calor tímidamente empieza a irse, pero aún hay muchas horas de sol. Ese momento maravilloso para huir de un Albacete festivo. Nunca he entendido por qué la gente quiere irse de vacaciones en julio y agosto donde abunda el calor, la masificación y los precios abusivos. ¿Dónde mejor sitio para pasar esos meses que en el aire acondicionado del trabajo? Así pues, este año se acabó dormir en un Airb’n’b con gente desconocida que podía ser psicópata o proxeneta. Este año nos íbamos como los ricos a los apartahoteles del sindicato a Jaca, el Marina D’Or de los enfermeros. 

De camino a Jaca, pasamos una noche en Albarracín, que ciertamente hace justicia a la fama que tiene de pueblo bonico. 




Muchos de los hoteles son casas antiguas reformadas. El nuestro parecía un cuadro de Van Gogh con minibar. 

"La habitación de Albarracín" 
Que, por otro lado, si Van Gogh hubiera nacido en la era de los minibares, le habría encantado la idea de pintarlos y, más aún, de atracarlos. 

Desde la ventana se veía esto:


Lo que desgraciadamente no vimos hasta justo antes de irnos, es que enfrente había una colina con un mirador, desde el cual nos podían ver en bolas.

La ducha tenía hidromasaje con varios chorros y botones, pero ninguna explicación al respecto. Como soy una persona intrépida donde las haya, me aventuré a usarlo, pero lamentablemente todo terminó como una prueba del Grand Prix en la que salían chorrazos de agua helada de sitios aleatorios. 

A pocos kilómetros de Albarracín están los Pinares de Rodeno, donde, como quizá ya sospechareis los más astutos, hay pinos, pero, además hay pinturas rupestres. Los pinares son muy bonitos.


La paz de ahí sólo se vio alterada por los Plómez, una familia con hijas preadolescentes y las impertinencias de la edad que rompían la magia de cada lugar. Daba igual que aceleráramos o deceleráramos, siempre terminábamos encontrándonoslos. Incluso varias horas después, ya en Albarracín, volvimos a encontrárnoslos en la muralla. En cuanto a las pinturas ruprestres, tiene su emoción eso de ver dibujos pintados por personas muy antiguas que han permanecido miles de años en esas rocas, pero también hay que decir que hay que echarle un poco de imaginación para ver la mayoría de las cosas que se supone que hay ahí pintadas. Los Plómez tampoco veían ningún animal de los que se suponía que había.


Nos acercamos al río Guadalaviar y fue un poco espeluznante descubrir el asco que dan los cangrejos en movimiento, los primos más directos de las cucarachas rojas. ¿Cómo algo que está tan bueno puede dar ese putísimo asco? 

Después de Albarracín, nos fuimos pa Jaca (pajaca, ejejeje). Que de que llegamos teníamos el culo en 2D, pero bueno, siempre son divertidos los viajes en coche, más aún si tienes canciones de Víctor Sandoval como hilo musical que son auténticas lecciones de vida. ¿Quién no ha tenido un Nacho Polo en su vida? O canciones de Camilo Sesto featuring su hijo cuando tenía 8 años. 

Cuando íbamos llegando, fue muy imponente eso de ver de repente los Pirineos ahí al fondo. Para las personas de la llanura esto es muy impactante, no me queda del todo claro que puedan existir las montañas, menos aún esos pepinazos. 

Y cuando llegamos al hotel volvimos a flipar, porque no nos esperábamos que fuera tan de lujo. Parecía una versión renovada del Overlook Hotel llena de abuelos, probablemente atraídos por el spa y los masajes. Puede que la poca gente de menos de 65 años que ahí veíamos fueran enfermeros, pero no lo pude confirmar. 


El resto de la semana la dedicamos a ver Jaca y alrededores. Que, al igual que Albarracín, podrías tirarte ahí semanas viendo cosas, pero no me daban tantas vacaciones. 

Vimos San Juan de la Peña.

Impresionante


Muchos pueblos de piedra superbonicos llenos de plantas con flores cuyas fotos no les hacen justicia, como: Santa Cruz de la Serós, Ansó y Hecho.

La pareja de Hecho

Vimos Jaca, por supuesto. Y una pequeña muestra de la berrea patrocinada por los ciervos que viven en el foso de la ciudadela.  

Quiero una ciudadela en Albacete

Fuerte de Rapitán

No me preguntéis por qué las dos personas más sedentarias que conozco decidieron hacer una ruta senderista de 19 km por el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido hasta llegar a la cascada de la Cola de Caballo. El día anterior NeoJín descubrió que en los Pirineos había osos y desde aquel momento no podía quitarse de la cabeza la escena de El Renacido. Leímos la noche de antes cómo estaba el tema de los ataques de osos a humanos en España en los últimos años, cosa que fue un error. Esta imagen traumatizó un poco a NeoJín. 


Al final no nos enfrentamos a ningún oso, pero yo sí a la humillación de ver cómo abuelos y niños con toda la sección de senderismo del Decathlon, completaban el recorrido sin despeinarse.

No les faltaba detalle. Y yo iba vestida como cualquier día y con un palo que había cogido del suelo.

¿Por qué la gente es tan deportista? Yo no lo entiendo. Hasta padres cargando mochilitas con bebés, ¿qué broma era aquella? ¡19 km con cuestas y piedrolos por el suelo! Me alegro de que NeoJín me incentivara a seguir, porque el premio está llegando al final del valle.


La cascada de la Cola de Caballo a penas llevaba agua, pero ahí vimos una marmota y se me pasó un poco las ganas de pegarle una paliza con su propio palo de andar a cada senderista sonriente que me cruzaba. Al día siguiente a penas podía moverme. 

Otro día fuimos al parque faunístico de los Pirineos Lacuniacha. Sólo por el nombre ya vale la pena ir. De camino nos enteramos del fallecimiento de Camilo Sesto y nos sentimos un poco causantes de su muerte tras habernos reído tantísimo de la canción con su hijo. Nos preocupamos por la integridad de Víctor Sandoval, pero al parecer estaba bien. En el parque de Lacuniacha tienen animales que viven (o han vivido en algun momento) en los Pirineos y está en este entorno.


Cuando buscábamos información al respecto no quedaba muy claro hasta qué punto los animales estaban en libertad, porque la gente ponía en las reviews “Puedes acariciar a los animales”. Lo que llevó a NeoJín a plantearse si los animales le podrían acariciar a él, porque sabíamos que había osos y lobos. Al final sí que había algunos sueltos por el parque, como los gamos, otros estaban con vallas y otros con verjas electrificadas, por eso de que tener lobos en el mismo recinto que ciervos, igual acaba en tragedia. Vimos linces boreales, rebecos, canis que les echaban galletas a los animales mientras que les gritaban y les hacían fotos con flash a plena luz del día… muy emocionante todo. Sobre todo cuando los animales meaban y cagaban, que era una fiesta para todos los espectadores que sólo buscábamos algo que se saliera de la rutina. 




Al final vimos osos



Bisontes a la derecha

A la vuelta paramos en Teruel. 

El Torico es tan pequeño que da risa, ahí tan espléndido y orgulloso en su columna


Otro viaje a Aragón que no nos desviamos a ver el Ecce homo de Borja u_u. Eso sí, tenemos ya como 13 fotos del monumento al jamón de se ve desde la Autovía Mudéjar, que es algo que siempre nos emociona, como la rotonda con una bola del mundo gigante hecha de jamones que hay en Alhama de Murcia.

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