27.4.19

R0

Hoy vengo a contaros uno de los mejores días de mi vida. 

Por fin llegó el día que tanto tiempo llevaba esperando,

el que tanto esfuerzo ha costado,

por fin Isabel Pantoja saltó del helicóptero de Supervivientes. 

...y bueno… también, fui a elegir plaza para hacer la residencia al Ministerio de Sanidad en Madrid. Pude ver a la que quedó primera de 12.000 personas en ese examen tan difícil. Tenía mucha intriga, ¿qué clase de monstruo sería? Para mi sorpresa parecía una muchacha normal. Como estaba en el primer turno de los cuatro que había para elegir, fue todo mágico, porque que casi todos elegimos lo que quisimos donde quisimos, la gente lloraba de emoción, fue genial. Y menos mal, porque en el último turno la gente también llora pero no de emoción, porque ya sólo van quedando las oportunidades de El Corte Inglés y nadie quiere irse a Ceuta a hacer enfermería del trabajo.

Sentí que estábamos en la gala de los Goya, una mujer muy graciosa retransmitía el acto, vinieron las televisiones a grabarnos y yo me creí la Penélope Cruz de La Mancha. 


En mi mente, el día del Ministerio debía ser como en Harry Potter el día del Sombrero Seleccionador, pero quizás con una Cofia Seleccionadora.



Los enfermeros tenemos 6 casas: 
Matrona, es Gryffindor a todas luces. La más antigua y prestigiosa. Traen a niños al mundo, creo que no hay que decir mucho más. Es la única que, a día de hoy, es obligatorio tener la especialidad para ejercer. Suele ser la única que la gente que no es enfermera sabe que existe. Es la que más plazas saca y aún así es la que antes se agota todos los años. La pena es que hay gente a la que no le gusta y la hace sólo porque ven el yate, la coca y las putas, porque las matronas cobran más y tienen más trabajo y otra gente con vocación se queda sin plaza. Pero bueno, el juego es así, quien saca mejor nota elige primero. 
Pediatría. Ha sido la segunda en acabarse este año, pero en eso ha influido que es de las que menos plazas salen. Mi impresión el día de la elección es que nadie la quería, supongo que a nadie le gusta ver a niños enfermos. Incluso si a mí me dicen nada más acabar la carrera que iba a hacer pediatría me habría quedado muerta, porque tenía  auténtico pánico. Pero el verme obligada a trabajar con niños me ha hecho que se me quite un poco el miedo y poder disfrutar mucho de ellos, aunque estén malitos. Por lo que estoy viendo esta especialidad la coge mucha gente a la que no le ha dado la nota para matrona, aunque no veo que tenga mucho que ver una con la otra.
Enfermería del trabajo, para trabajar en empresas haciendo reconocimientos, mutuas… salen sólo 18 plazas, pero tampoco suele triunfar mucho. Este año se ha agotado la tercera. 
Enfermería Familiar y Comunitaria (enfermera de centro de salud, para entendernos). Llegó hace poco, pero viene pisando muy fuerte, es la segunda más anhelada, después de matrona, pero como junto con matrona es de las que más plazas salen, se ha agotado la cuarta. 
Geriatría. No es muy deseada, no sé bien por qué, porque a mí me gusta. Se ha acabado la penúltima a pesar de que eran 20 plazas. Podemos decir que ésta es Hufflepuff. 
Salud Mental, una especialidad bastante antigua, pero no muy deseada (igual porque a veces te vas calentito a casa), eso sumado a que salen bastantes plazas en comparación con las demás, ha hecho que se haya agotado la última. Puede que sea Slytherin.

Para entrar a ponerte la Cofia Seleccionadora tienes que entrar solo y yo pensaba que mamá zombi, que se vino conmigo, se iba a ir al Prado tal y como me dijo, pero ella al ver el ambiente fuera del Ministerio se quedó y creó vínculos superfuertes con padres, abuelos y novios que nos esperaban en la puerta. Se enteró de las historias personales de todos y cada uno, rieron, lloraron… estuvieron a nada de hacer un grupo de Whatsapp. Mientras, iban mirando en la web del Ministerio las plazas que íbamos cogiendo. Yo era ajena a todo aquel tinglado y cuando elegí la plaza y me dijeron dónde estaba la salida, aparecí en la calle con dos hileras de personas a ambos lados de la puerta que me aplaudían y vitoreaban, sólo faltaba que gritaran “¡¡RESI-DEN-TE!! ¡¡RESI-DEN-TE!!”. 



Entonces vi a mi madre venir corriendo a abrazarme desde el fondo de esa alfombra roja imaginaria, momento en el que vi que una señora estaba grabando tal escena con el móvil rosa de mi madre. Yo ahí quería llorar, pero ahora era de vergüenza. Gente que no conocía me felicitaba, un muchacho me dijo que si podía hacerme una entrevista mientras que me daba una chapa donde ponía “Soy R1”. Aquello era muy surrealista, nadie me había preparado para la fama, vamos, es que hasta ese momento nadie me había preparado ni para que alguien supiera lo que era el EIR. Antes de que se me subiera aún más la fama a la cabeza y terminara cayendo en una espiral de drogas y sexo sin control, nos fuimos del Ministerio y dedicamos lo que restaba del día a ir comiendo y bebiendo de terraza en terraza, a hacernos selfies con los monumentos como si fueramos una madre y una hija modélicas y hasta echamos un cupón del día de la madre. Esa tarde volvimos a Albacete y para terminar de redondear el día, NeoJín y yo vimos la primera gala de Supervivientes con un recuperado Jorge Javier mientras cenábamos pizza. Sinceramente digo que fue uno de los mejores días de mi vida. 


A finales de mayo empiezo la residencia, mientras tanto seguiré en la UCI que me ha visto crecer durante este año y medio. La voy a echar de menos. Ahora estoy descubriendo el casting de las que van a ser mis compañeras estos dos años ¡qué emoción! Yo seré, como siempre, la rara que no habla con nadie. Además, ahora es muy probable que además de ese rol, tenga el de vieja pelleja, porque la mayoría se preparan el EIR cuando acaban la carrera, tienen mucho tiempo para estudiar porque no tienen trabajo y la residencia, además de para aprender, es la última oportunidad de irse por ahí a otra ciudad un poco en plan Erasmus y si yo ya en mi Erasmus con 20 años era como una abuela, ahora soy una tatarabuela. Voy a llegar yo ahí sin Instagram y voy a hacer el ridículo. Pero bueno, pese a saber que voy a ser la friki inadaptada y entrada en años, estoy en ese dulce momento en el que anticipas algo bueno que aún no ha llegado, como antes de irte de viaje o en la noche de Reyes. Si es que aún no me creo que esto haya pasado. En los próximos dos años voy a dedicarme a aprender y a trabajar en algo que me gusta y no por las malas como siempre, que llegas a un sitio nueva, no tienes ni idea y lo pasas fatal. Además voy a tener un sueldo, que aunque no da para mucho ya es más que lo que ganaba con el tercio de jornada que tenía. 

Voy a tener vacaciones pagadas 

¡y pagas extra! 

¡¡y los días gordos de Navidad libres!!

¡¡¡y durmiendo en mi cama todas las noches, porque no hacemos noches!!!

¡¡¡¡Como una ministra voy a vivir!!!! 


Igual luego no es todo tan idílico como yo lo veo, pero voy a fliparme un poco y a disfrutar de este momento.

2 comentarios :

NeoJin dijo...

¿Te hicieron saltar de un helicóptero al ministerio?

conejito zombi dijo...

Sí, desde el helicóptero del 112 y además tenía que decirles los dB que emitía.