Planazo de fin de semana
Nada mejor que una tarde de domingo en pijama empalmando
telefilms. Esas películas de sobremesa de fin de
semana que te enganchan en 10 segundos y que nadie reconoce ver, pero se llevan todas las audiencias a esa hora. Sí, ahora va a resultar que cuando tienes toda la sangre en el estómago digiriendo
un kilo de paella lo único que te apetece ver es una película de David Lynch.
Hay veces que empiezo a verlos por casualidad, pero otras,
cuando se acercan las 4, NeoJín y yo sopesamos, los nombres y la sinopsis: ¿“Doble embarazo”, “Pasado secreto”o “Durmiendo con su enemigo”?…mmm... difícil erección... Cuando
empiezas a ver uno a veces crees haberlo visto ya, pero no cometas el error de
cambiar de canal, en cuanto avance un poco la historia verás que es otro
distinto, lo que pasa es que siempre son los mismos actores y dobladores. Mis
favoritos son los de adolescentes y redes sociales y los de fenómenos
paranormales. Los de adolescentes es fácil reconocerlos, porque es como las
películas de Leslie Nielsen que todas acaban en “…como puedas”. En este caso es
en “… a los 17”: Desaparecida a los 17, Embarazada a los 17, Traición a los
17… Esa no es la única jerga, también está “La … perfecta” (La jefa perfecta, La
novia perfecta, La niñera perfecta...). Y es que, en estas películas, como en la
vida real, nunca te puedes fiar de la gente perfecta. Si hay una mujer
notablemente guapa, así rollo Melania Trump, no importa que llevemos más de una
hora de película y no haya nada sospechoso en su conducta, da igual que ya se sepa
quién es el secuestrador, ¡esa tía es una arpía! Cuanto más guapa, más mala. Ella
ha sido la que ha orquestado el secuestro, ha seducido con absoluta
premeditación al marido de la protagonista (que es guapa, pero nunca tanto como
la mala), ha suplantado la identidad de alguien y ha cometido el asesinato. ¡Buah! ¡esa zorra es malísima! Encima a la cabrona le salen todos
los planes bien. Bueno… hasta que a cinco minutos del final, en un giro
inesperado, alguien se huele la tostada y acaba muerta o en la cárcel para
el regocijo de todos. En cambio, si nada más empezar la perfección viene de una
pareja joven, la cosa cambia. Son guapos, heterosexuales y enamorados. Ella está embarazada, él tiene un buen trabajo. No son gente como tú y como yo, ellos nunca han visto un
telefilm mientras se comen una barra entera de espetec después de dos días sin ducharse. No hay que encariñarse demasiado de estos dos,
porque en menos de tres minutos sus vidas se truncarán. Accidente de tráfico
seguramente.
De estos dos tampoco hay que encariñarse mucho. |
Tanta tensión e intriga sólo se relaja un poco en Navidad,
que suelen ser de amor, comedia o fantasía con un trasfondo navideño.
Pero si os fijáis, el telefilm está cambiando. Antes era más de
procedencia estadounidense, con actores de series que ya estaban de capa caída
como Kelly Kapowsky de Salvados por la campana, D.J. de Padres Forzosos, Donna
de Sensación de vivir… y basados en hechos reales, cosa que está muy bien porque
al final te contaba qué era de los protagonistas a día de hoy “Tracy abandonó
las drogas y se casó con Kevin. Juntos abrieron una ortopedia a las afueras de San Diego”.
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