La Moni

Llevo desde pequeña anhelando un robot, más concretamente desde el día que vi El Hombre Bicentenario, que me hizo soñar con que algún día yo tendría un robot esclavo que me limpiaría la casa a la par que me enseñaría firmes valores como el amor o la amistad.

Viendo esta imagen creo que he olvidado por completo de qué iba la película

Esto se vio reforzado por esas noticias que echan los sábados cuando no ha pasado nada pero tienen que hablar de algo, que te cuentan que la era de la domótica ya está aquí y que en un futuro cercano mi nevera sabrá que no me queda chorizo Revilla y me lo comprará sola o que el robot Emilio me desatascará la ducha de pelos.

Pero, por fin, toda esta fantasía se ha convertido en realidad. Harta de la frustración que conlleva barrer y/o aspirar y que las pelusas nunca lleguen a desaparecer, me goberné un mini-R2D2 aspirador de estos que no sé por qué tienen nombres de bailes (Rumba, Conga...). Se llama Mónica en homenaje a esa gran mujer que, al igual que mi Conga, se hizo popular por chuparlo todo: Mónica Lewinsky.

A pesar de que alguna vez que otra infringe la primera ley de la robótica y te atropella los pies, mi vida ha mejorado un 10%. El único pero que le pongo es que estoy empezando a crear vínculos emocionales con ella. Ya trató de advertirme Robin Williams en su película...

...pero no lo creí...

...y ahora está muerto...

...puede que por mi culpa...  u_u