Formación continuada

Seguro que constantemente os estáis preguntando que a qué he dedicado estos últimos meses en paro. Por fin aquí en primicia os revelo el misterio que no os deja dormir.

Debido a un maravilloso error en Matrix, cuando terminó el verano pasado olvidaron dar de baja mi clave para inscribirme en los cursos que oferta el sistema castellano-manchego de salud a sus trabajadores (ellos son así, si trabajas 3 meses al año los otros 9 no tienes derecho a formarte). Como ya sabéis soy una persona ávida de conocimientos siempre y cuando sea de manera gratuita (bueno, de conocimientos o de lo que sea, pero siempre gratuito, eso sí), así pues los últimos meses me he dedicado a hacer compulsivamente cursos sin hacer distinción; he hecho los de enfermería pero igualmente he hecho de celadores, médicos... Y durante la asistencia a los mismos se han dado las situaciones más bizarras que podáis imaginar. Luego digo que me pasan cosas, pero reconozco que a veces me las busco. Cuando estoy en mi casa delante del ordenador inscribiéndome me siento muy valiente y me pongo chula "¡Ea, pues si no quieren que vaya al curso que no me cojan!". Pero luego cuando sobran plazas y me cogen en uno de algo que no es de lo mío me dan ganas de huir en el último momento.

Cuando voy a un curso de médicos siempre se me pasa por la cabeza hacerme pasar por una de ellos para que no me miren mal o me pregunten que qué hago ahí, pero es que me da mucho miedo que la mentira se me vaya de las manos, que Albacete es muy pequeño y seguro que luego termino envuelta en situaciones de "¡¿Hay algún médico en la sala?!" "¡Sí, ella! ¡Lo dijo un día en un curso!" y tengo que fingir mi propia muerte para salir del paso. Hubo uno que era para médicos en el que teníamos que usar El Simulador de Pacientes al Borde de la Muerte©, que no era otra cosa que un programa de ordenador que te decía lo que le pasaba al paciente y los resultados de las analíticas que le pedías, que al principio siempre eran unos resultados de mierda (por eso de que estaba al borde de la muerte). Mientras tanto tú le ibas pautado un tratamiento y el tiempo iba corriendo. Como era lo normal, todos eran médicos... y luego estaba yo: la chiquilla del ordenador con pegatinas y la tirita de Bob Esponja en la webcam (porque tenías que llevarte un portátil al curso). Además era en grupos reducidos, para que todo el mundo se enterara de tus fracasos. Mi secreto de que era enfermera y no médica sólo lo sabía la de al lado que me preguntó que cuál era mi especialidad y como me dio vergüenza confesar que mi especialidad era ir a sitios donde nadie me llamaba, le conté que era enfermera. Esa mujer tuvo que flipar tanto o más que yo cuando a ella y a  las otras 2 médicas que había en ese taller se les morían los pacientes y a mí no. Yo luchaba por no descojonarme y permanecer seria con cara de pautar insulinas a diario, porque aunque había hecho la parte online del curso y sabía por dónde iban los tiros, había cosas que estaba poniendo completamente de forma aleatoria.

Recreación exacta de la situación


Yo ahí ponía el ritmo de los sueros y el potasio que me dictaba corazón y el paciente cada vez mejor, llegó a recuperarse de hecho. Mientras tanto sus pacientes haciendo arritmias, perdiendo riñones y finalmente muriendo. Como El Simulador de Pacientes al Borde de la Muerte© sólo era compatible con ordenadores que no eran de Apple y (no sé por qué) si eres médico tienes que tenerlo todo de Apple, tuve que dejar mi ordenador lleno de pegatinas para los siguientes grupos.

Os juro que intento no hacer el ridículo por la vida, pero al final siempre pasa algo. Es como cuando  venzo mis mayores temores y me animo a preguntar algo y justo entonces ocurre algo que hace que el profesor no se entere de que he empezado a preguntar algo y la gente de alrededor, que sí que se han enterado, me mira. Atraigo el ridículo como la miel a las moscas.

Otra vez fui a uno que se llamaba "Cuida tu voz". El nombre ya me daba una idea de que lo iba a pasar mal. Cuando me quise dar cuenta me hallaba rodeada de unas 20 personas adultas a las que acababa de conocer sentadas en semicírculo con unos espejos de mano mirándonos mientras hacíamos una especie de cantos gregorianos al mismo tiempo que hacíamos momios. Lo bueno es que nos dieron caramelos de propolio. Lo malo fue descubrir que el propolio sabe a culo.

También he hecho otro curso con otro simulador, pero este era El Simulador de Cogorzas©. El curso era de educación vial, todo teórico pero al final nos montábamos en una especie de máquina recreativa de estas con asiento, pedales, cambio de marchas, volante y pantalla. Conducíamos un rato y luego nos ponían las gafas de cogorza con las que veías las cosas prácticamente cuando las tenías encima. Muy loco todo. Se suponía que consistía en conducir lo mejor que pudieras, pero al final eso degeneró en que todos estábamos yendo a 200 y pico km/h intentando no matarnos y gritando como locos cada vez que alguien se empotraba conta algo. Dios, qué bien me lo pasé.

Los cursos online para médicos me dan menos vergüenza que los presenciales por eso de que no te ven, pero cuando tengo que hacer los deberes me arrepiento también de haberme apuntado porque a veces son un poco cabrones, ¿os podéis creer que a veces ponen en los test "Todas las anteriores opciones son ciertas" ¡Y la correcta no es esa! ¡¿Eso dónde se ha visto?! Eso sí, como tengo que investigar todo lo que no sé para que no me suspendan termino aprendiendo un montón sobre el tema. Llega un punto que le tengo que mentir hasta a las webs que consulto.

Que digo yo, ¿qué más les dará si lo soy o no? ¿Qué coño tienen que ocultar al mundo médicos y odontólogos?
También hice otro curso de psicología positiva en el que había un montón de señoras de unos 50 años que contaban sus frustraciones en la vida, lloraban y se emocionaban ante vídeos virales con mensajes emotivos que nos ponía la profesora y ante el descubrimiento de la palabra "procrastinación".  Las señoras crearon vínculos tan fuertes entre sí hasta el punto que luego quedaron otra vez una vez acabado el curso.

Yo cuando leí el email en el que me convocaban a dicha cita

Hay un técnico de rayos que ya tengo fichao porque creo que él tampoco tiene filtro como yo y hace todos los cursos. Me lo he encontrado en los cursos más variados que os podáis imaginar y siempre va solo como yo, pero somos ambos muy vergonzosos y nunca nos hemos sincerado con respecto a nuestra adicción a los cursos. Durante un curso de investigación para médicos, él y yo nos mirábamos desconsolados sin saber qué hacíamos en ese sitio en el que los que sí eran médicos no se enteraban de nada y el profesor nos hacía bullying a todos por no saber el factor de impacto que tenían las revistas científicas que nos inventábamos que leíamos; porque seamos sinceros, ahí nadie leía revistas científicas con asiduidad ni los médicos ni yo, pero si le decías que no leías revistas científicas, el señor se ponía a gritar y nos hacía sentir como la mierda. Imaginaos que le digo que sólo leo la Super Pop y Albacete a Mano.

Una de las cosas que me he dado cuenta es que en los cursos destinados a los médicos les dan mil regalos, como pendrives u opíparos banquetes con pop cakes y canapes con pasas bañadas en oro (no es una exageración ¡BAÑADAS EN ORO! que me la comí sin saber lo que era y podía haber sido una muela de oro del cocinero). Eso sí, al resto de sanitarios nada de nada. Una vez en uno de esos cursos para médicos ¡cené en el Gran Hotel gratis! El Gran Hotel es el hotel en el que duerme el rey o la selección española cuando vienen a Albacete. Pensé en no ir a la cena porque recordemos que no conocía a nadie (¿puede haber algo más triste?), pero me pudo el ansia de saber que no me iba a ver en otra nunca en mi vida y terminé comiendo junto a unas señoras de la edad de mi madre que me interrogaban sobre mi vida mientras se roscaban.

Básicamente esta ha sido mi vida de octubre a mayo. Ahora es cuando empieza la fiesta. Ya os contaré porque no tengo del todo claro a dónde me van a destinar este verano. Por lo pronto estoy en la Ciudad Imperial otra vez, pero no sé por cuanto tiempo.

Por cierto, Ramoncita ya ha nacido y es tan sumamente bonica que no conozco palabras que la describan. Estoy deseando poder ir a verla y morderla. Ains, lo que le debo yo a Skype no lo sabe nadie.

Comentarios

1215 ha dicho que…
Cuando has llegado a lo de "Hay un técnico de rayos que ya tengo fichao porque creo que él tampoco tiene filtro como yo y hace todos los cursos" os he imaginado ya a lo El club de la lucha, discutiendo por acudir a unos u otros cursos y haciéndoos chantaje para que ninguno de los dos revele vuestra verdadera identidad/profesión a los demás participantes. xD
NeoJin ha dicho que…
Es un poco como la evolución de la locura del coursera.
Anakina ha dicho que…
Yo por este año ya he tenido bastante dosis de ir sola aun curso "neurociencia y coaching":para gente fácilmente influenciable...horrible...me dio vergüenza hasta coger un café gratis x_X, como cuando te vi en la facultad tengo que evolucionar en el mundo de aprovecharme de las cosas gratis.

¿cómo no vas a querer morderla? con sus piernecicas *____*
conejito zombi ha dicho que…
@1215: Somos de El club de la chucha.

@NeoJín: Sí, es una enfermedad y esto ya son los estadíos más avanzados.

@Anakina: Tengo que reconducirte de alguna manera para que comas gratis en los eventos en los que nadie te va a decir nada. Todo lo que te falta a ti en ese aspecto me sobra a mí.

El otro día probé el café de avellana del hospital en tu honor xDDDD sabía un poco a Kinder Bueno pero estaba demasiado dulce para mi gusto.
conejito zombi ha dicho que…
@1215: Espera, creo que "chucha" es albaceteño, chucha es pene por si no lo supieras xDD

Por cierto, estoy en uno de los sitios más mágicos que he tenido el gusto de visitar, el alcázar de Toledo y me acaba de salir una ventana diciendo que me quedan 5 minutos de conexión, 4:59s, 4:58s...

¡¡Adiós amigos!!