Los juegos del hambre
¿A vosotros os da por algo tan fuerte que llegáis a rozar límite del aborrecimiento o de la enfermedad mental? A mí a veces. La locura suele venir con la lectura de libros si los hay, posterior visionado de películas, posterior visionado de versiones extendidas, remakes o cualquier material mínimamente relacionado (por malo que sea). Al final acabo harta y no quiero saber nada de eso... hasta que pasan unos años y digo "¡hostias, qué bueno que era!" y ¡hala, venga!. Mi relación con Los Juegos del Hambre ha sido así solo que ha acabado en desamor tras la lectura del tercer libro. El primer libro me gustó, el segundo me encantó (hacía tiempo que un libro no me había enganchado tanto) y el último no digo que no me gustó nada porque hubo cosas puntuales que sí que me gustaron. Ójala Suzanne Collins hubiera hecho el último libro de otra manera para darle un final digno a la saga.
ATENCIÓN SPOILERS
Katniss es un personaje que me ha gustado más bien poco. Es considerada una heroína y realmente lo único que hace es vivir de una manera egoísta las situaciones en las que se ha visto envuelta. Sí, salió voluntaria para Los Juegos del Hambre, pero la otra opción que tenía era ver cómo mataban a su hermana pequeña por la tele y vivir toda su vida con ello. Sí, ganó los juegos, pero porque la historia que fingió jugando con Peeta le salió bien y le fueron llegando las ayudas justo cuando las necesitaba. Así una y otra vez hasta rozar lo desesperante. Ocasionalmente tiene cosas buenas; bueno, básicamente sólo con su
hermana, pero con el resto de la humanidad (sobre todo conforme
vas terminando la historia) es arrogante, fría, egoísta, rencorosa y
hasta tiene un punto sanguinario. ¡Si es que trata mal hasta al adorable gato de su hermana! En el terreno sentimental en ningún momento se le ve realmente enamorada de ninguno de los dos pretendientes, sin embargo, se va decantando por el que tiene a mano en cada momento para no sentirse sola. Siempre pensaba que al final haría algo que terminaría con esa imagen, que iba a hacer algo heroico en esa guerra, a tomar el control en su vida o que en el plano amoroso iba a tener un poco de amor propio e iba a decidir no tener nada con ninguno de los dos, pero ese momento nunca llegó.
Otra de las cosas que hizo que el último libro me decepcionara tanto es que yo iba en busca de una historia como la de los dos primeros libros: de ciencia ficción, dinámica, con personajes heroicos y que te transmiten cierta esperanza por ganar una guerra contra los malos (sí, muy típico, lo sé, pero era lo que yo buscaba y un poco lo que yo pensaba que se había prometido en los dos primeros libros) y terminé envuelta en mitad de una novela bélica con tintes depresivos y decadentes en los que al final, pese a ganar la guerra (si es que en las guerras puede ganarse), todo terminó dándome igual. Yo terminé igual que Katniss, me la pelaba ya todo. Igual el problema era ése y de haber ido con otra disposición me habría gustado más.
Curiosamente con el libro a penas lloré, pero me pasé media película llorando con mi pijama de borrego y los tres dedicos ahí estirados.
Y es que las películas, aunque cambien detalles y obviamente no puedan tener la profundidad de los libros, en mi opinión están muy bien adaptadas, pero les veo un problema y es que los actores tal vez estén demasiado de moda y sepa demasiadas cosas de su vida como para poder ver las películas abstrayéndome del todo de quiénes son realmente, viendo sólo al personaje que encarnan. Para empezar a Katniss (que tan pura es en el libro) la he visto enseñando las domingas en modo porno amateur. Por otro lado ¿cómo puedo creerme los besos que Gale le da sabiendo que le ha comido el morro a Hanna Montana? ¿cómo puedo imaginármelo viviendo con su humilde familia en el Distrito 12 cuando sé que en Navidad cena con Thor y la Pataki?
También se me hace difícil olvidar que a uno de los impulsores de la revolución que tan lleno de planes de futuro estaba, fue encontrado muerto de una sobredosis con una jeringuilla clavada en el brazo.
Pero tal vez lo más sorprendente es que mi ídolo de la infancia-adolescencia, con el que forraba mis carpetas se convirtió en diseñador de Katniss.
Y por último pero no por ello menos importante, ¿Peeta en su panadería vende pan de pita?
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