Boyhood (Momentos de una vida)

Nada que ver con su precuela Robin Hood.

Y mira que no me suelen gustar las películas largas, ni en las que no hay un argumento muy definido pero ésta me ha gustado mucho. Seguro que ya conocíais la película, pero por si sois como yo que vivís en el Tama-planeta, trata de la vida de un niño desde los 6 hasta los 18 años con la particularidad de que ha sido grabada a lo largo de 12 años con los mismos personajes y podemos ver cómo envejecen, cambian la voz, engordan... Sólo el hecho de cómo ha sido grabada llama la atención, pero llama aún más la atención cómo el protagonista poco a poco se va convirtiendo en el enano de Juego de Tronos.

 

Siempre me ha parecido muy ridículo cuando sacan un niño en una película y, por si acaso somos limitados y nos perdemos, nos ponen a su personaje de adulto con exactamente el mismo peinado que tenía a los 6 años. Aquí eso nos lo evitamos, pero si sólo fuera eso la película me gustaría tanto como me puede gustar Cuéntame cómo pasó, que es tirando a poco. Aparecen muchas cosas de la cultura de estos últimos años (tecnología, música, libros, tribus urbanas...) lo que hace que tenga también una parte de ti (que aunque le lleve 7 años al protagonista no hay tanta diferencia) (sí, qué pasa, ¡tengo 27 años! ¿tenéis algún problema? ¡¿queréis que os parta la cara?!). *unos guardias de seguridad se llevan a conejito zombi muy agitada. Mejor que no le habléis de su edad.*

¿Por dónde iba? Ah, sí, aunque mi vida no haya tenido nada que ver con la del protagonista, en cada etapa todos tenemos cosas en común y de manera indirecta te trae a la memoria recuerdos de tu lozana juventud. Casualmente, el otro día me pasó algo muy parecido cuando encontré un diario en el que escribí desde los 13 hasta los 17 y se ve mi digievolución de preadolescente entrañable-insoportable a adolescente enamorada-insoportable (qué malo es stalkearse a uno mismo), así es que llevo una semana que parece que estoy rememorando mi biografía.

Estos eran los secretos que escondía con recelo a la edad de 13 años

Boyhood me ha hecho reflexionar sobre lo difícil que es ser padre, cómo enfocar determinadas etapas de los hijos o cómo las decisiones de los padres pueden repercutir en ellos. Yo siempre he pensado que mis padres vivían en la prehistoria y que yo, en cambio, sería la madre molona que todos quieren, pero ya no sé qué pensar; no sé si internarlos en un colegio de monjas o darles la farlopa en casa bien cortada. Es duro saber que ni Supernani tiene la clave para que no te salgan unos hijos tronistas.

También me ha hecho pensar en lo extraño que puede ser que haya personas que tienen tanto peso en tu vida y que luego desaparecen de ella completamente, en cómo puede cambiar la imagen de una persona a medida que la conoces y en lo valiosos que son aquellos que siempre están ahí en contraposición a los que están ausentes. Porque como he dicho, aunque tu historia no tenga nada que ver con la suya, hay cosas que se dan en casi todas las vidas y verlo en 3 horas hace que veas algunas cosas con la perspectiva de entonces y la de ahora y que hagas balance.

Me pregunto si tenían finales alternativos por si un actor moría o le pasaba algo antes de acabar la película. Menos mal que ésta idea no surgió con Poltergeist que se les murió medio reparto en los años sucesivos a las películas.

Fueron 165 minutos que se me parsaron volando. Es más, por mí no se habría acabado tan pronto. Mi instinto cotilla quiere saber qué pasa después, ¿qué les cuesta tirarse todas sus vidas haciendo una película? Total, llevan así 12 años.

No podía dejaros con la intriga sin saber el final