Navidades 2012-2013

[Siento tanto mareo, la vida del blogero es muy dura, amigos]

Han sido unas navidades muy normales y, por ende, divertidas. Lo de siempre jugar al Jenga, al Trivial y al Saber y Ganar, excursiones a parajes exóticos de La Mancha, entrar en contacto con la flora y la fauna indómita del lugar, comer cosas buenas...

Coles de Bruselas, ¡qué bonicas!

❤

 

Mousse de mango

Campo de Criptana y de fondo Alcázar de San Juan

Desde el pico del Cambrón

El educativo juego de Saber y Ganar

Una cosa nueva de estas navidades es la introducción en nuestras vidas del Just Dance 4 de la Wii. Un juego para bailar las obras de profetas musicales como Pitbull. Es muy divertido *_*, os lo recomiendo encarecidamente. Y otra cosa nueva emocionante fue la tarde que hicimos jabones con olores y colores. La técnica está todavía por perfeccionar. Donde había que echar una gota de colorante nosotros echamos medio frasco y lo mismo con las esencias, por lo que los jabones tienen un doble efecto de lavado y ensuciado. Mientras que echan espuma dejan caer chorretones policromáticos que se van por el sumidero. La cocina en la que los hicimos todavía huele a tomillo.

El negro en teoría era morado, es lo que tiene pasarse con los colorantes

 La nochevieja fue muy tranquila pero emocionante a su manera (comprended que para mí plantar perejil es vivir la vida a tope). Hice sushi y mousse de turrón. Sí, ha sido una navidad de mousses.

 

Luego Tonel se comió una uva con las campanadas. Bueno, más que comérsela le clavaba el diente y  chupaba el juguillo que le sacaba. Es que era muy grande... o él muy pequeño.

Y luego vi  los Gremlins. ¿Quién quiere irse de cotillón cuando echan los Gremlins en la tele?

Y como soy una persona con una conducta ejemplar para esta sociedad los Reyes Magos han decidido  galardonándome con bien merecidos regalos. Quizá el más pintoresco es el sello y el lacre para lacrar mi correspondencia como se merece. Uno nunca sabe si el mensajero ha sido pagado por tus enemigos para abrir las cartas de camino.

Después de abrir el regalo a mi madre se le cayó la caja y el lacre se rompió en mil trozos. Por la tarde mi hermana volvió a la feria de Navidad donde lo había comprado y se le volvió a caer, por lo que se volvió a romper. Pero el buen mercader de lacres contempló semejante escena y, sensibilizado con la historia que le contó mi hermana mientras que lo compraba de que el anterior se había roto, se acercó a mi hermana y le regaló un tercer lacre. Sólo contarlo me conmueve. NeoJín no quiere que le escriba cartas con el lacre porque cree fielmente que está maldito y que yo estaba predestinada a ser una persona con una vida vulgar sin cartas lacradas. Y eso que el sello es una R de Raúl.

Amantes de las nubes, ¡uníos!

Bolis, estuche de monstruos, chocolate, pegatinas, métodos de cerrado de cartas de la edad media... yo creo que soy bastante fácil de regalar.

Se ve que como me compré aquel libro recopilatorio de todos los de Manolito Gafotas de alguna manera me declaré fan incondicional de él, por lo que me han regalado también el último que salió hace poco en el que Manolito es un poco más mayor (aunque tampoco mucho). Es en la misma línea de los anteriores, por lo que me gustó. No me regalaron otro Tranchete pero sí la bufanda que lleva, o cuello o entero o como se llamen esas cosas que son como bufandas circulares. No estoy preparada para los nombres de esas prendas tan modernas.

Y zapatillas de andar por casa muy bonicas y calcetines de moderna.

Pues nada, éste ha sido el resumen anual de la navidad que posiblemente no os importara, pero ahí está.