Haciendo un bien a la comunidad
¡El terror del consumismo barato ha llegado a la ciudad!
Caminaba esta mañana ajena a todo por ese lugar cargado de historia que es el Val General, donde otrora todos los jóvenes albaceteños celebrábamos nuestros cumpleaños atendidos por el mismísimo Michale Knight, cuando he visto una tienda. No una tienda normal, no, una tienda de tesoros. Conocía su existencia pero no su emplazamiento. Es una tienda de Asprona, una asociación albaceteña de discapacitados intelectuales, que dicho sea de paso, hacen una labor muy importante en la provincia. En esa tienda, la gente lleva todo lo que ya no quiere y ellos lo venden y le dan los beneficidos a la asociación, que buena falta les hace ahora más que nunca. Os lo juro, esa tienda es un sitio mágico, ¡todo era superbarato! Allí se forjan los sueños. Sus estanterías estaban cargadas de peluches que sin duda habían conocido mejores días. Ni siquiera estaba segura de que algunos de esos peluches que en los 90 le regalaban a las madres en el Yves Rocher no hubieran compartido cama conmigo durante mi infancia. ¡Piel gallina, amigos! Pero, oh, sorpresa, al llegar a la estantería de los libros he visto un libro que en la biblioteca sólo estaba en inglés y que tenía especial interés en leer: IT. ¡¡Allí estaba!! Con el encanto de sus páginas amarillentas por los asquerosos sudores de algún incauto que se atrevió a leer esas páginas malditas. Tenía especial interés en este libro desde hacía tiempo pero no me quería gastar los cuartos que cuesta un libro por si no me gustaba (una consumista tacaña, no sé cómo no me he extinguido ya). Pero bueno, la cosa no quedaba ahí, porque estaba también Carrie y El Exorcista (primera noticia que tenía de que la película estaba inspirada en un libro) y a 3 euros el libro, ¡una no es de piedra! ¡Además! ¡¿Qué clase de persona le niega 9 euros a un discapacitado intelectual?! ¡¡Sólo un monstruo desalmado y sin escrúpulos!! Como veis estaba obligada a comprármelos, no he tenido elección.
Además, si no me gustan los puedo devolver a la tienda (pero para que se los queden, no para que me devuelvan el dinero, que no soy tan ruin) y habrá sido como un alquiler. Así no me sentiré mal como cuando compro impulsivamente cosas y luego las veo rondando por mi habitación muertas de asco y pienso "En buena hora...".
Hala, Maclor, ya tienes trabajo.
Caminaba esta mañana ajena a todo por ese lugar cargado de historia que es el Val General, donde otrora todos los jóvenes albaceteños celebrábamos nuestros cumpleaños atendidos por el mismísimo Michale Knight, cuando he visto una tienda. No una tienda normal, no, una tienda de tesoros. Conocía su existencia pero no su emplazamiento. Es una tienda de Asprona, una asociación albaceteña de discapacitados intelectuales, que dicho sea de paso, hacen una labor muy importante en la provincia. En esa tienda, la gente lleva todo lo que ya no quiere y ellos lo venden y le dan los beneficidos a la asociación, que buena falta les hace ahora más que nunca. Os lo juro, esa tienda es un sitio mágico, ¡todo era superbarato! Allí se forjan los sueños. Sus estanterías estaban cargadas de peluches que sin duda habían conocido mejores días. Ni siquiera estaba segura de que algunos de esos peluches que en los 90 le regalaban a las madres en el Yves Rocher no hubieran compartido cama conmigo durante mi infancia. ¡Piel gallina, amigos! Pero, oh, sorpresa, al llegar a la estantería de los libros he visto un libro que en la biblioteca sólo estaba en inglés y que tenía especial interés en leer: IT. ¡¡Allí estaba!! Con el encanto de sus páginas amarillentas por los asquerosos sudores de algún incauto que se atrevió a leer esas páginas malditas. Tenía especial interés en este libro desde hacía tiempo pero no me quería gastar los cuartos que cuesta un libro por si no me gustaba (una consumista tacaña, no sé cómo no me he extinguido ya). Pero bueno, la cosa no quedaba ahí, porque estaba también Carrie y El Exorcista (primera noticia que tenía de que la película estaba inspirada en un libro) y a 3 euros el libro, ¡una no es de piedra! ¡Además! ¡¿Qué clase de persona le niega 9 euros a un discapacitado intelectual?! ¡¡Sólo un monstruo desalmado y sin escrúpulos!! Como veis estaba obligada a comprármelos, no he tenido elección.
Además, si no me gustan los puedo devolver a la tienda (pero para que se los queden, no para que me devuelvan el dinero, que no soy tan ruin) y habrá sido como un alquiler. Así no me sentiré mal como cuando compro impulsivamente cosas y luego las veo rondando por mi habitación muertas de asco y pienso "En buena hora...".
Hala, Maclor, ya tienes trabajo.
Comentarios
Es una muy pequeña, lo digo por si te he creado expectativas de una tienda grande.
El libro de It que te has comprado es exactamente el mismo que me leí yo, igual de usado y todo. Vete tu a saber. (Qué libro más bueno, pasé miedo de verdad con él).
¡No sabía que había una novela de El exorcista! Cuán ignorante soy. He encontrado la solución perfecta a mi cacofobia con esta entrada. Me leeré el libro. Seguramente me cague de miedo igualmente o incluso más, pero estaré libre de fobias.
¿Sabes que podría hacer Maclor? Un IMM (de cuya existencia me informó @JapiBrein) donde hablas de tus últimas adquisiciones en cuanto a libros y los comentas aunque no los hayas leído. Yo lo tengo pendiente.