Diez Negritos - Agatha Christie
Hola, soy Maclor, el mono entrenado para leerle libros a conejito zombi antes de dormir. ¿Cómo? ¿Que por qué no se los lee ella? Pues porque no sabe leer. ¿Cómo? ¿Que cómo escribe entonces las entradas? Creo que nadie que haya leído alguna vez este blog se soprenderá si digo que teclea aleatoriamente y lo que sale ha salío. Una vez resueltas estas dudas os comunico que me han contratado para colaborar en este blog en calidad de crítico literario (2 plátanos por crítica, no está el mundo para ir rechazando plátanos).
Como veis en esa foto robada de arriba el último libro que le he leído ha sido Diez negritos (título original: Ten little niggahs), una novela de Agatha Christie, una mujer que se conoce que era un poco vanidosa, porque como veis en la portada apenas se llega a ver el título porque está tapado con su nombre. El libro es de 1939, os lo digo para si lo leéis os lo imaginéis todo en blanco y negro.
Es un libro de estos de "¿Quién será el asesino?" que al principio puede parecer muy típico, y tal vez lo sea, pero es de misteriaco del bueno, de ese que llegas tarde a desparasitarte porque no puedes parar de leer. Aunque al principio no llama mucho la atención conforme va a avanzando, la emoción aumenta exponencialmente como os muestro en esta detallada gráfica que he hecho.
¿Cómo? ¿Que es muy cutre? ¡Que soy un mono, tened algo de consideración! ¡¡No, es que estoy harto, siempre igual!! Un loro habla y ¡qué maravilla! ahora, es un mono el que habla y es un fracaso para la ciencia.
Bueno, continúo. Lo cierto es que pensaba que un libro escrito por una señora tan mayor y tan en blanco y negro no podía ser macabro y angustioso.
A esta mujer le pega más hacer mantecaos para sus nietos, los simios pecamos de prejuiciosos, siempre ha sido así. Pero he llegado a la conclusión de que la cosa está en el pelo: a cualquiera que le pongas un pelo moldeado con la ancestral técnica de los rulos parecerá incapaz de inventar historias turbias.
¿Veis? Pura bondad.
Además es un libro que se lee muy rápido, si sois de esos lectores de W.C. para que os hagáis una idea, traducido al sistema métrico defecal dura dos cagadas (ojo, no es lo mismo que "dos cagadas duras"). ¿Qué? ¿Que cómo lo sé? ¿Qué estáis insinuando? ¡¿Que leo mientras cago?! Me parece algo francamente asqueroso eso de leer cuando se defeca, ¡hombre, por favor! que luego los libros cogen olor a culo, además siempre que cago tengo las manos ocupadas lanzándole heces a mis enemigos, es físicamente imposible leer en esas condiciones.En conclusión, es un libro que os recomiendo sobre todo para leer en una tarde de lluvia y viento. No os cuento nada del argumento porque es mejor leerlo sin saber nada, de hecho os diría que ni leyeseis lo que pone detrás. Bueno, eso os lo recomiendo en todos los libros y películas, porque la verdad es que se lucen los que escriben eso destripando todo antes de empezarlo.
Hala, fin.
Hay que ver qué casual soy.
Comentarios
El caso es que no tiene por qué dar miedo, pero esta mañana mientras se lo leía a conejito zombi oíamos ruidos por dentro de la casa y pensabamos que iban a venir a matarnos.
Besico (uh, uh) :**
P.D: Estoy de acuerdo con Sick. Además Maclor hace unos montajes de cagarse xDDDD
Gracias a todos por este recibimiento. Habéis hecho sonreír a este joven simio.
@ Mai: A nosotros no nos pareció nada evidente el final. Nos quedamos tal que así: ಠ▃ಠ.
conejito zombi dijo:
@ Mai: *_*
Me gustaría saber qué cálculos ha hecho el simio para establecer el sistema métrico defecal. O seré yo que mientras cago leo despacio.
Por otra parte lanzar heces al enemigo es una actividad altamente reconfortante. Yo soy subcampeón de mi barrio.
@ Hombre Malo: Perdona, el simio tiene un nombre. Me parece pueril que me trates despectivamente sólo porque te gané en el campeonato de tu barrio.
Y yo que no he leído nada de Agatha Cristie... algún día, algún día.
Yen little niggahs! JAJAJA
También me gustaría apuntar que, como decían los siempre grandes Faemino y Cansado, subcampeón mola más que campeón.
@ Hombre Malo: Bueno, lo dejaré correr, pero sólo porque eres amigo de un íntimo amigo mío: Van Gogh de peluche.