Viaje a Galicia

De forma un poco improvisada me he ido a Galicia durante unos días acompañada de mis seres queridos.

Primero fuimos a Lugo.

Tengo unas 100 fotos de gorrinetes *_____*,
podría dedicarles una entrada entera

El Miño

Preciosos los andamios, oye. Como me jode llegar a

un sitio y que la catedral esté tapada

Es la única muralla romana que se conserva entera

Quiero una cafetera mágica como la de mi primo

Happy Hippo tuerto, el desayuno de los campeones

En Lugo, a diferencia de Albacete, los edificios nuevos son mínimamente bonitos.





Y sus tejados negros con ventanitas *___* Aaaay, soy una enferma. Tendré unas 6 fotos de esos tejados, nada que ver con los manchegos. Me encantan.

Luego fuimos a La Coruña.

Pensaba que los albaceteños éramos los más góticos
por tener un murciélago en nuestra bandera pero los coruñeses
lo son más (o eso o son piratas)

El ayuntamiento en la plaza de María Pita, una señora que se hizo famosa
por inventar el pan de pita y en ultima instancia
por enfrentarse a los ingleses

La Torre de Hércules, el único faro romano actualmente en funcionamiento

La ópera

En La Coruña fuimos al acuario.

No se ve bien pero es un ajolote,

un curioso animal feliz donde los haya

Me gusta más de espaldas

También fuimos al planetario de La Coruña, que era una especie de museo de la ciencia, más que un planetario, porque yo al menos no vi casi nada relacionado con planetas.

Hay un vídeo en el que sale rompiendo el cascarón.
Lo subiría si no se me oyera hablar histérica de la emoción
al ver tal evento
Foto de familia infrarroja feliz

Los carteles del váter

El viaje de vuelta lo hice en autobús. Lugo-Albacete en 10 horas. Nada más entrar tuve la sensación de subir a un tren de estos que sacan en la tele de La India que van hasta arriba de gente. Era bastante agobiante. Salimos a las 00:00 y no pude dormir mucho entre que el autobús a veces pega bandazos, la gente que habla a voces y que el de al lado me clavaba el codo en las costillas mientras dormía. A las 7 de la mañana me despertó un hombre "Oye, tienes que bajar que voy a limpiar el autobús". Yo que estaba recién despierta me encontraba aturdida y mientras bajaba me di cuenta de que no había nadie en el autobús, ni el conductor. Yo no sabía ni en qué punto de España estaba. Sólo veía a mucha gente con maletas de un lado para otro. Ya no sabía si tenía que cambiar de autobús o qué diantres estaba ocurriendo. Después de hacer un poco el ridículo preguntándole a la gente como si fuera un niño perdido en el Pryca volví a subir y le pregunté al limpiador de autobuses, me dijo que estábamos en Madrid y que hacíamos un descanso de media hora. Podría haber ido a ver a B. y a Thanatos en esa media hora pero me pillaba un poco mal porque había quedado ya con Don Juan Carlos y Doña Sofía para desayunar. Al final los muy ruínes me dieron plantón y aquella fue una media hora larguísima tirada en el sucio suelo junto a mi autobús por miedo a perderlo, muerta de sueño y con dolor de todo ...Pero mereció la pena.