El váter maldito

Ahora ya no vivo en la casa bonita aquella que os enseñé, ahora vivo con la calabaza en otra casa. Vivo con él pero apenas hemos coincidido desde que me instalé.

Estando un día sola ahí sin motivo aparente el váter decidió atascarse. Desatascar un váter es un saber que no te enseñan en el colegio o en la universidad, cosa que está muy mal. Primero pensé en aprender a vivir sin váter pero no tardé en comprender que cosas como el amor y las ganas de cagar no se pueden reprimir, así que me vi obligada a pedir ayuda. La madre de la calabaza que es más de química me sugirió que echase salfuman. Mi madre que es más de física me propuso otra opción que no me gustó tanto.

Probé con el plan A (de American mother) pero para la mayor de mis desgracias no funcionó. Así es que tuve que pasar al plan B (de Bendita guarrada). Dicho plan consistía en meter la fregona en el váter y empujar haciendo presión hasta desatascarlo.

Mi sabia madre tenía razón pero casi muero de asco y tuve que comprar una fregona nueva.

Comentarios

Paco ha dicho que…
creeme que lo pase peor cuando tube que desatascar yo el vater de mi piso en toledo... nose que tendran los vateres de toledo con nosotros...
yo probe la fregona, salfuman, un desatascante quimico que casi muero, y finalmente lo mas odiado el desatascador... me puse ese dia de mierda!!!! que ascazo xDDDD.

yo te comprendo!!!
Anónimo ha dicho que…
tuve*

por favor, por favor.